Ceuta conquista los mares y seduce al mundo
- Sports & Lifestyle
- 13 sept
- 3 Min. de lectura
Por Monique Sanmiguel
Fotos: Cortesía Servicios Turísticos de Ceuta, Pepe Compaz & Jorge Verdún Ayud

Ceuta proviene del antiguo Septem Fratres —los siete hermanos—. Con apenas 20 km² y 84 mil habitantes, su esencia es la de un lugar universal, donde conviven en armonía cuatro culturas, donde el Mediterráneo se funde con el Atlántico y donde, a lo largo de los siglos, han dejado huella fenicios, visigodos, árabes y portugueses. Su bandera negra y blanca refleja a la perfección lo que es Ceuta: una ciudad europea en Africa.

A tan solo unos minutos de Europa, cruzando el Estrecho, ya sea por barco o en helicóptero, aparece esta gran desconocida. Una ciudad que sorprende por su convivencia natural: aquí se comparten rituales, festividades y tradiciones con la misma fluidez con la que se entrelazan los acentos. Como resume Nicola Cecchi, director de Turismo: “Aquí es normal degustar un cuscús con un Rioja, o un pastel sefardí acompañado de un té moruno. Ceuta es convivencia, respeto y aceptación de diversas culturas… y eso es lo que deberíamos exportar al mundo”.

La cocina ceutí también se disfruta en sus espacios. Entre ellos, el Restaurante Oasis, fundado en 1971 por Ramón Pouso y Malika en la colina del Monte Hacho. Lo que empezó como un salón de té se transformó en un templo gastronómico árabe con vistas únicas al Estrecho. Su carta, con medio centenar de platos, es una travesía sensorial donde resulta imprescindible probar desde el pinchito moruno a la brasa —cortes de carne especiada de cordero, ternera o kefta— hasta especialidades que convierten al Oasis en una experiencia inmersiva.

Turismo deportivo que une mares y desafía límites
El pulso deportivo de Ceuta vibra con intensidad. Cada año acoge pruebas que atraen a miles de participantes y la consolidan como destino de aventura. Una de las más emblemáticas es La Cuna de la Legión, carrera cívico-militar que reúne a más de seis mil corredores. La salida, desde las Murallas Reales, se anuncia con un cañonazo y el himno de la Legión, generando un estremecimiento colectivo que convierte la competición en experiencia emocional tanto para quienes corren como para quienes observan. Su recorrido de 50 kilómetros atraviesa montes, senderos y paisajes que combinan dureza física con belleza escénica.

El Desafío de los 300, organizado por los Regulares, es otro hito. Más que una prueba de resistencia, es un símbolo de tradición y orgullo local, una fusión entre deporte y homenaje histórico. Quien participa no solo mide su capacidad física: conecta con el espíritu de un lugar que siempre ha sabido superar asedios y retos.

En el mar, Ceuta es un parque deportivo natural. Kayak, paddle surf, surf-ski, pesca, buceo o rutas de cetáceos forman parte de su oferta. “La unión de dos mares hace que te tires a bucear y te encuentres una morena atlántica o una corvina mediterránea; tortugas de varias especies o incluso corales de aspecto tropical en apenas 30 metros de profundidad”, explica Nicola Cecchi, presidente de Servicios Turísticos.

Alberto Gallardo, director de la Fundación Gallardo, lo resume con claridad: “Aquí todo tiene un componente de aventura. Elegir un barco según el viento, lanzarse a una carrera que arranca con un cañonazo, bucear entre dos mares… esa adrenalina forma parte de la identidad ceutí”.

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